La Cannabis es una planta cuyo componente más conocido es el THC.
Hay diferentes derivados, entre los cuales los más comunes son la marihuana y el hachís.
El cannabis es una droga muy popular que con frecuencia se considera no peligrosa y esta creencia es errónea, no sólo por los efectos del cannabis en sí, sino también porque con mucha frecuencia el consumo de “porros” lleva al consumo de otras drogas con peligrosidad mayor.
Los principales efectos son la euforia, exaltación y tendencia a la risa fácil, alteración del sentido del tiempo, aumento de la percepción de colores y sonidos, alteraciones de la memoria y el juicio, taquicardia, tos, alteraciones en la tensión arterial, trastornos gastrointestinales, sequedad de boca, desorientación, incapacidad para la concentración, etc. En dosis elevadas aparecen: pánico, alucinaciones y un estado psicótico de tipo paranoide o esquizofrénico.
El uso continuado de la marihuana produce lo que se conoce como síndrome amotivacional, que es un estado caracterizado por la apatía, pérdida de eficacia en el trabajo, concentración baja, frustración fácil y, en general, conducta que lleva a situaciones problemáticas.
También, en dosis elevadas, produce: pánico, paranoia, depresión, alucinaciones, ansiedad, psicosis e ideación suicida.